Vampire Weekend - "Vampire Weekend"

XL Recordings (2008)
Se suele decir que el que no tiene padrino no se bautiza, pero no debemos olvidar lo importante que es para los padrinos tener ahijados. En este sentido el Perro Lunar ha sido siempre un afortunado porque, debido a su cordialidad y jovialidad, ha hecho amigos allá donde ha ido en la Tierra; Riggy y yo somos buena muestra de ello. Pero la "semilla" de el Perro Lunar no se queda sólo en Madrid.

En esta ocasión ha sido el enviado especial en Estados Unidos, Piper Dakota, el que nos ha traído, (mejor dicho, hemos ido nosotros), lo último que se está escuchando por aquellas orillas del Atlántico. Y cuando digo lo último no exagero, este disco está todavía calentito. Editado el 29 de enero de 2008, el homónimo primer álbum de Vampire Weekend es la respuesta a la creciente demanda que las canciones de este cuarteto neoyorquino habían estado teniendo vía internet y boca-a-boca por todas las fiestas de la costa este estadounidense desde que se formaran, siendo alumnos de la universidad de Columbia, en el 2006.

Así que tenemos a cuatro jovencitos recién licenciados dispuestos a pasárselo bien y, sobre todo, a hacérselo pasar bien a los demás, ya sea en una fiesta de graduación o en medio de un parque público, (¡¡atención a la camiseta del de la izquierda!!), con vistas a Manhattan. Y, sin embargo, no estamos hablando sólo de pop alegre, festivo y más o menos bien hecho. La música de Vampire Weekend la definen ellos mismos como "Upper West Side Soweto", queriendo reflejar así la mezcla de pop moderno con ritmos e instrumentaciones africanas que se escucha en sus canciones. Al leerlo puede que no os hagáis una idea clara de cómo suenan estos chicos, pero desde el primer tema del disco, Mansard Roof, se da uno cuenta de que las melodías sencillas y pegadizas aderezadas con arreglos orquestales dejan de ser casi-ñoñas cuando el batería suelta sus golpes machacones y asincopados. Para completar la mezcolanza, esta carta de presentación viene con un videoclip marítimo que recuerda mucho a los Beatles.

¡Cuidado!, parecen inofensivos, pero estos vampiros acechan tras las rocas de Central Park.

En general, "Vampire Weekend" es un disco que te puede sacar de apuros en una fiesta con amigos, poniendo a todos a menear el trasero al ritmo de historias de amor universitarias, Campus, I stand correctly, o ¿por qué no?, de las diferencias de acento entre ingleses y norteamericanos, Oxford Comma. Como siempre, podéis echarles un vistazo a las canciones de su disco en su MySpace, pero hay dos canciones no disponibles ahí que son realmente imprescindibles. La primera es M79, uno de esos temas que te alegran cualquier día, por malo que sea. Puede pareceros que las orquestaciones rozan lo hortera, pero se acaban salvando y quedan bien encajadas en espíritu de la banda. Podéis escucharla en la página web oficial. La otra es Walcott, una pequeña delicia. Aunque cantar pop sobre unos violoncellos o un cuarteto de cuerda no es nada original desde Eleanor Rigby, si está bien hecho puede sumar bastantes puntos a favor de tu disco.

A tono con la campaña electoral imperante, puedo reconocer y reconozco que es probable que donde ahora digo digo en el futro diga lo contrario y que Vampire Weekend, que ahora me parecen divertidísimos, en el futuro me acaben hartando, pero durante el mes de feberero su disco debut ha sido el álbum más escuchado en mi habitación, y eso no se lo quita nadie.

Nota: 8