29 abril 2008

La Excepción

Joy Eslava - 4 de abril de 2008

El tipo que se inventó la expresión del pulpo y el garaje difícilmente habría encontrado mejor ejemplo para ilustrarla que la presencia de La Excepción en Joy Eslava. La pijísima y elegante discoteca de rancia tradición en la noche madrileña ha tomado el relevo del llorado Divino Aqualung en lo que a la celebración de conciertos se refiere, abarcando estilos de lo más diverso. Baste decir que en los últimos tiempos ha sido escenario de actuaciones tan variopintas como la de Manolo Escobar o la de los muchachos que hoy nos ocupan. Por cierto que también fue el marco elegido para grabar el reciente disco en directo de Jaime Urrutia, publicado bajo el ingenioso título de En Joy. No habíamos visto nada tan bueno desde la publicación del álbum de Paulina Rubio llamado Pau-latina. Así, los raperos del humilde barrio del Pan Bendito actuaron en un local en el que, en circunstancias normales, los porteros no les habrían dejado, no ya entrar, sino acercarse a menos de cincuenta metros de la puerta. El problema de los conciertos en discotecas es que los dueños quieren abrir luego en horario normal para los clientes habituales, con lo cual los recitales empiezan pronto y duran bien poco. Éste y otros aspectos indignantes del trato al público por parte de las salas serán pronto objeto de atención en un nuevo capítulo de "El perro lunar denuncia".
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A las diez en puntísimo de la noche salía a escena el grupo, bajo la mirada de los autores de este blog. En efecto, es la primera vez desde que este espacio vio la luz que me acompañaron mis dos colegas, Susu y Riggy, lo cual es motivo de jolgorio y espero que se repita más a menudo. El evento estaba anunciado como La Excepción con la peñita Al Compás, porque el trío venía acompañado de todos sus compinches del barrio, a los que a menudo hacen referencia en sus temas. Lo menciono poque merece la pena detenerse unos momentos para analizar los personajes que invadieron el escenario.
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En primera línea de combate estaban las estrellas, los dos atípicos MC's que han roto con todos los tópicos del género en nuestro país: el Langui y el Gitano Antón. El primero de ellos bastón en mano para poder mantener la verticalidad, asunto nada trivial dado que sufre una discapacidad física que le limita mucho el movimiento de brazos y piernas. Detrás de ellos, a un lado el Dj La Dako Style, impasible tras su mesa; y al otro los cuatro miembros de la peñita Al Compás que se merecerían una actualización para ellos solos. Destacaba por encima de todos el Rellenito Makeijan, todo un ídolo debido a sus hilarantes diálogos con el Langui en los interludios de los discos del grupo. Vistiendo un chaleco que dejaba al aire su prominente barriga, no pude evitar que me recordara al Loco de las Coles cuando hizo sus pinitos como "corista". Los otros tres chavales lucían pintas diversas: uno con un chándal blanco bakala (éste parecía el sobrino de alguno que le habían puesto ahí para que no delinquiera más), otro con una gorra para atrás con rizos negros hasta la cintura y el último mostrando un atuendo negro de corte flamenco (sombrero incluido). Por cierto que el último era el Josete, que pronto sacará un disco con la colaboración de Los Delinqüentes. Aunque me tiente, no iniciaré ahora el debate sobre si la voz del cantante de los Delinqüentes es la que da más ganas de matar de la música española.

El Gitano y el Langui, con el Rellenito Makeijan a los coros

Dispuestos a animar a la parroquia cuanto antes, salieron con Amos chacho, su hit indiscutible y que a tantos nos enamoró hace unos añitos ya. A continuación, focos para El Langui, que enlazó Sin escaleras era mi escuela y Zapato ortópedico, los dos temas en los que cuenta con humor sus aventuras vitales de infancia y adolescencia debidas a su enfermedad y que fueron muy aplaudidos. Desde luego, lo de este hombre es admirable, había que ver cómo le cargaban cual saco de patatas para llegar al escenario desde el backstage o cómo no tenía problemas en tirarse al suelo dramáticamente al final de un tema. Debe de ser el único rapero que en lugar de empuñar el micro lo tiene fijo. Claro que antes del concierto a mí me preocupaba que su estatismo desluciese el espectáculo, pero eso era porque no había contado con el Gitano Antón.

Debido al ingenio del Langui con la pluma, el Gitano llama menos la atención en los discos, pero en directo es el auténtico líder del grupo, derrochando poderío caló por todos sus poros. Y es que a la hora de actuar hay personas que tienen presencia y personas que no, gente que llena el escenario por el mero hecho de estar allí y otros que parecen perdidos en medio de un paraje helado. Obviamente Antonio Moreno es de los primeros. Desde el primer minuto hasta el último no para de moverse, gesticular y provocar al público, con energía y coraje desbordantes. Quizá por ello el repertorio estuvo más centrado en los temas potentes y fiesteros aunque fuesen menos brillantes líricamente. En ese sentido destacaron especialmente Jambo loco, Gambas al pil pil, Oye Compai o No se puede er primo, con la peñita Al Compás desgañitándose.

Una pena que la pasión que había ahí arriba no fuera enteramente correspondida por el público, que se mostraba algo reacio a la hora de corear estribillos. Quizá fuera porque había muchos curiosos y pocos fans entregados, dado que se estaba más cómodo al pie del escenario que al fondo de la sala. Pero también porque el mérito de La Excepción consiste en haber conseguido aficionados ajenos al mundillo del hip hop, a los que les costaba más meterse en las dinámicas de un concierto del género. De hecho, en la introducción de Rap'in Pan Ben (en referencia al disco germinal Rap'in Madrid y que cuenta con la colaboración de MC Randy, autor del inolvidable Hey Pijo!) se preguntó cuántos de los presentes eran novatos en esto de los conciertos de rap y no fueron pocas las manos alzadas.

Cuando apenas se habían cumplido setenta minutos de concierto y tras una sensacional interpretación colectiva de El Besolla F.S (que narra las andanzas de su equipo municipal de fútbol sala), el grupo abandonaba el escenario, volviendo para los bises, que consistieron en…una canción más. Nos late fuerte se encargó de cerrar la noche. Por decir algo, porque la noche más bien estaba empezando. El Gitano intentaba disculparse diciendo que no tenían más repertorio, pero muchos echamos de menos Hoy frescuni o Jeeesús. En cualquier caso, damos por bueno lo breve si es tan intenso, pero nos quedamos con ganas de más. Lo hubiéramos pedido, pero la discoteca tenía que estar recogida y reluciente para las doce de la noche.

4 comentarios:

Unknown dijo...

'sup, dawg?? (=qué pasa, perro)

Buena crónica; hay que añadir que fue destacable también la voz tan de coña de Rellenito (¿hablará así siempre?), y la camisa tan original del Gitano Antón ;)

Un concierto muy divertido pero demasiado corto, al menos dos o tres canciones más hubiese estado bien... es que una horita ná más no nos sale nada de rentable.

uno de los dos dijo...

Nunca me ha llamado La Expepción. Será porque no me he parado nunca a escucharlos en condiciones. ¿Para cuándo la crónica de Quique González? Esperamos expectantes.

Lhotse dijo...

Hum hum, rabio por ser fan top ten del rap español y no haber sido avisada para acompañaros...

Gran grupo, sí señor, en línea original e innovadora del hip hop; pero sigue siendo nach el gran poeta del rap y mejorando con cada disco (recomendación: Ars magna).

wini two dijo...

desde luego... confirmo lo leido.

yo los vi hace ya unos años de sorpresa en un festival tb de sorpresa: garbanzo rock, todo un clasico de los festivales de villanueva xDDDDD

esta gente vuelven a empujar el egotrip y se situan en el cenit, eso es importante.

oye chicos, una pregunta ya mas curiosa... como coño haceis para q al final de cada articulo ponga "es palabra de riggy; 3 humanos tienen algo q decir"??? me encanta el detalle y quiero ponerlo en mi blog... q anda de reformas, aviso.


merci y buen finde.
2.0