Lily Allen vs. Kate Nash

Hace ya algunos meses, con ocasión del especial de Navidad, en el que el Perro Lunar mencionó a Lilly Allen, nuestra amiga Karmen me lanzaba una pregunta: "¿Has escuchado a Kate Nash? Para mí, mejor (y con más gusto) que Lily Allen." Confieso que en aquel momento ni siquiera había oído su nombre, pero no tardé mucho en hacerlo y en escuchar a la cantante que Karmen me recomendaba.

La inevitable visita a internet me hizo entender a cuento de qué había venido la recomendación; en todas partes comparaban "Made of bricks", el disco de Kate Nash con "Allright, still", el de Lily Allen, aparecido un año antes. Como la Lily me hacía bastante gracia y su disco me había entretenido bastante durante el curso 2006/2007 pensé que sería conveniente darle una oportunidad a esta incipiente imitadora para ver si se merecía tal condición. Os adelanto el final: no se la merecía para nada, completamente de acuerdo con Karmen.

El primer acercamiento a la casita de ladrillos de Kate Nash fue mediante los cimientos, es decir, con el fantástico video de Foundations, primer single del álbum. Primer acercamiento, primer single, primera similitud: las dos son inglesas, y las dos lo hacen notar exageradamente con su acento. Valga como muestra una de las frases que más me han gustado de una canción en mucho tiempo: You said I must eat so many lemons cause i am so bittttaaa; I said "I'd rather be with your friends mate cause they are much fittttaaa. Pero las similitudes vocales no van mucho más allá del acento, Lily Allen tiene una voz mucho más suave, más fácil de escuchar que la de su supuesta imitadora, que en seguida hace gala de un estilo más difícil, pero más rico, más expresivo y mucho más personal.

La Lily, con sus oros.

La segunda similitud que se puede apreciar es que Foundations aborda la decadente situación de una pareja cuya relación ha perdido todo en lo que se pudo basar al principio, con una actitud desenfadada y una música alegre que, en principio, no le pegan mucho al tema; y en eso de hacernos bailar al son de novios cabrones, relaciones frustradas o ciudades inhabitables hay que reconocer que la Lily es la campeona. Sin embargo, con la voz de Kate Nash y, sobre todo con el final de la canción, Foundations sabe dejar el regusto necesario de tragedia que su tema merece.

El hecho de que ambas parezcan tan descaradas, tan pasotas, diciendo tacos, aunque siempre dentro de lo políticamente correcto, puede que haya contribuido a haberlas comparado. Pero, de nuevo, esta segunda similitud dura poco, ya que es suficiente una pasada por el disco de la Kate para darse cuenta de que se está ante una serie de letras que sí, insultan sin vergüenza a exnovios insorpotables, no se callan una, (Dickhead, Shit Song), pero tienen una especie de profundidad inocente, un algo-más que, viniendo de una joven de 20 años, resulta bastante interesante. (A mí, particularmente, me encantan el autorretrato-confesión de Mouthwash, y el elogio a la soledad de Merry Happy). Bastante más interesante que los eternos problemas de pareja y la ironía casi ñoña de Lily Allen.

La Kate, sin haber roto un plato todavía.

Y hasta aquí las similitudes. Ahora viene la gran diferencia: la música. No hace falta tener un gran oído para darse cuenta de que sus estilos no son precisamente los mismos. Desde un primer punto de vista, Lily Allen sale ganando: tuvo unos productores inmejorables para su primer disco que supieron hacer de él todo un ejemplo de cóctel pegadizo de pop, reggae, hip-hop, ritmos caribeños...; me atrevería a decir que "Allright, still" es algo así como un libro de estilo para productores que quieran poner a bailar a toda Europa. Así que podría decirse: "pobrecita Kate, no ha tenido suerte con los que le han compuesto los temas"; o no ha querido tenerla. Y es que, desde el segundo punto de vista, Kate Nash es más una cantautora resultona que una estrella pop. Pianista ella, la mayoría de las canciones de su disco se vertebran sobre unos pocos acordes de piano repetidos durante tres o cuatro minutos, pero bien acompañados, de forma que los temas no se hacen aburridos y se ponen bailongos cuando tienen que serlo, sin cansar, pudiendo ser íntimos y reflexivos en otras ocasiones.

Así que ya sabéis: cuando os vuelvan a decir "¿has oído a Kate Nash?; te gustará, es del mismo rollo que Lily Allen" desconfiad, pero dadle una oportunidad a la Kate y veréis cómo me dais la razón. No podréis poner su disco entero en vuestra fiesta de cumpleaños, pero en él encontraréis mucho más que una Lily cualquiera.