30 agosto 2009

Joni Mitchell - "Clouds"

Reprise (1969)
Los viajes se pueden realizar por muchas razones. Se viaja hacia sitios, (la playa, la montaña...), se viaja hacia sensaciones, (el frío, el calor...), se viaja hacia personas, (la pareja, la familia...), incluso se viaja hacia sentimientos, (el amor, el desamor, la melancolía, la diversión, la soledad...); pero un viaje no es pleno si no va acompañado de música. Al menos eso pienso yo. Todos mis viajes han tenido siempre banda sonora.

Hoy en día es sencillo, con los reproductores de mp3, llevar encima la música en cualquier viaje, pero no es necesario tener uno, en realidad vale con cantar, tararear, bailar o simplemente imaginar la música mientras uno se enfrenta a esos nuevos paisajes de los que está compuesto cualquier viaje. En el viaje que acabo de hacer a Londres, la música que me ha acompañado, día tras día, ha sido la del segundo disco de Joni Mitchell: "Clouds".

Si hay algo que se me venga a la cabeza cuando pienso en Londres son sus cielos, que me recuerdan a los de Madrid, los cielos que me han visto (y me han hecho) crecer, pero se diferencian de éstos en que suelen estar mucho más llenos de nubes. Quizá por eso no tuviera mucho problema al elegir la banda sonora de este viaje. Tampoco dudé a la hora de escoger el libro que me llevaría en la maleta: "Las Nubes", de Luis Cernuda (escrito, en su mayoría, en Inglaterra). En principio no había nada que uniera, salvo el título, a estas dos obras maestras separadas entre sí cuarenta años, pero poco a poco, sentado en los parques de Londres, "a solas, a solas bajo las nubes", fui dándome cuenta de todo lo que tenían en común.

En Londres no se sabe nunca el tiempo que va a hacer, puede amanecer de lo más soleado y acabar lloviendo a cántaros, o viceversa. Uno de mis grandes defectos es lo mucho que me influye la meteorología: un día radiante de sol me pone contento, la lluvia me entristece. De la suma de estos dos hechos se obtiene que durante la semana que estuve en Londres ni yo mismo supiera muy bien cómo me sentía. A esta confusión sentimental contribuyeron mucho mi disco y libro de cabecera durante el viaje. Joni Mitchell es la reina de la incertidumbre; no se sabe si sus acordes son mayores o menores; nada es obvio en su música. Su dulce voz es experta en dar saltos inesperados, y su guitarra, con esas originales afinaciones, es la única que la acompaña en este disco. Escuchad Tin Angel, por ejemplo: escasas notas oscuras, frágiles e inestables te van guiando a lo largo de los versos por recuerdos de un viejo amor, ya caducado hace tiempo, hasta que al final de la última frase de cada estribillo, "found someone to love today", un arpegio firme y luminoso te enseña la salida del túnel. Luis Cernuda, por su parte, es el gran maestro del equilibrio inestable, entre dentro y fuera, entre cielo y tierra, entre amor y soledad; en definitiva, entre realidad y deseo. Y "Las Nubes", escrito durante la Guerra Civil es un magnífico ejemplo de ello. "El hombre es una nube de la que el sueño es viento"; ¡qué gran verdad cuando se está mirando al cielo londinense, escuchando I think I understand, y deseando que la realidad se pare y sólo el viento sople deseos imposibles en tu oído!


"Siempre incierta, (...) a lo lejos, (...) vibra tu esbelta música, y en un fuego suspira". Cernuda se lo escribió a un elfo, un elfo que podría haber sido perfectamente Joni Mitchell. Aunque inciertas al oído, sus canciones son siempre esbeltas y elegantes, gracias a las letras; ellas son las que convierten a Joni Mitchell en mucho más que una cantautora, la convierten en Joni, una amiga, una droga de la que no te puedes desprender y a la que siempre recurres, porque en ella escuchas y lees tu propio alma. Porque sólo ella sabe cantar unos retratos tan fieles de las relaciones (That song about the midway), de los problemas sociales (The fiddle and the drum), o de los interiores de las personas (I don't know where I stand), llenos siempre de pensamientos entrecruzados y luchando siempre contra los envites del mundo exterior.

Y sobre todas las canciones de este breve disco, ("breve como todo lo hermoso"), destaca la última, Both sides now. Sin duda, una de mis canciones favoritas y la que mejor me ha hecho ver que la vida no está esperando a la vuelta de la esquina, que la vida está en la misma calle que tú, pero para vivirla tendrás que girar muchas esquinas y dar vueltas en muchas rotondas. Durante esta semana, ha sido precisamente Both sides now la que me ha enseñado que no hay un único Londres y que nada tienen que ver el Londres de los museos, paseando por las avenidas atestadas de gente, con el Londres de la música, comprando discos y bebiendo cerveza con amigos, con el Londres de las nubes, yendo de la mano de la persona cuyos ojos nunca te cansarías de mirar, con el Londres de los parques, mirando al cielo desde el césped, escuchando a Joni Mitchell y leyendo a Luis Cernuda.



Paisaje de mi querida Saskatoon, ciudad natal de Joni Mitchell, y en la que pasé unos meses inolvidables.

10 comentarios:

Fran G. Matute dijo...

Me ha flipado este post... Me encanta cuando dices que Joni Mitchell es la reina de la incertidumbre... El otro día leí una entrevista a Lonnie Knight, que es un músico de Country/Blues que sacó dos discazos en los 70, y decía que una de sus mayores inspiraciones al aprender a tocar la guitarra fue Joni Mitchell, precisamente por esa incertidumbre que mencionas, sus acordes fluyen más allás de las escalas existentes...

Rubén D. Caviedes dijo...

Jolines. La conclusión que saco yo de todo esto es que vaya asco de vida vulgar y trivial que llevo, usted yéndose a Londres a leer a Cernuda y a sufrir inestabilidades emocionales meteorológicas, y yo sin salir de esta Península, con una vida emocionalmente rasa que da asco verla y viendo 'Guaypaut' como único y más intenso ejercicio intelectual.

¿Por qué han puesto a la guitarrista de 'Dover' en la portada del disco?

Jose Ramón dijo...

Lluvia/Tristeza. No sé yo.

Dese un paseo, bajo una lluvia fina, por las calles de Oviedo.

Verá que agradable...y que triste.

Agradablemente triste.

Jose Ramón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Porerror dijo...

Se me había pasado comentar en este precioso y evocador post, que leí el día que salió. Enhorabuena.

Mientras se acuda a Londres por los motivos adecuados, todo va bien. Tomo nota de las recomendaciones del disco y del libro, que no conocía.

Un abrazo!

Jose Ramón dijo...

El administrador del post me ha quitado: "De madrugada".

El paseo para que sea "agradablemente triste", tiene que ser "de madrugada".

La culpa es mía porqué se me olvido ponerlo la primera vez.

Riggy dijo...

El administrador no tuvo la suficiente perspicacia de observar que había una pequeña diferencia entre los dos comentarios, pensó que había salido repetido.

El comentarista debería haber hecho uso de su posibilidad de eliminar el comentario incompleto y volver a escribir otro.

patricia dijo...

Jeje,son muy grandes si,evocan en mi recuerdos de la infancia y me pongo tontorrona.Algún día dedicaré un post a los viajes automovilísticos, no alcanzo a entender porque "sientes" más la musica cuando vas observando paisajes carretera y manta.
Por cierto,Isaac Hayes,que buen gusto!

Cris dijo...

Qué genial toparme con tu blog, perruno lunar, así, de casualidad. Me ha supuesto un aire de frescura y naturalidad de lo más necesario en un día duro.

Cris dijo...

Hola Susu! Muchas gracias por comentarme en el fotolog, es todo un halago que me devolvieses el saludo y además me dijeras cosas bonitas :)

Espero poder leeros pronto. Mientras tanto seguiré con vuestras entradas antiguas a pequeñas dosis, poco a poco, es demasiado bueno como para leerlo de un tirón.