17 abril 2009

Russian Red

El Sol - 15 de abril de 2009

Bien fresca os traigo la crónica del concierto de anoche, amigos. (Vale, no es como si hubiera acabado el concierto hace una hora, pero para los estándares de este blog…) Fresca como una lata de Heineken recién sacada de la nevera con sus gotitas y todo. Esta penosa comparación es sólo una burda manera empezar a contar que asistí al evento gracias a que gané una invitación doble en la web de la popular cerveza verde, en la que preguntaban a qué cantante ochentera versiona Russian Red en su disco. Naturalmente respondí raudo con el nombre de esa simpática muchacha que hacía el baile “ése que era como no hay nadie al volante, ¿no?” (Nota social relacionada: entre el público se encontraba el chanante Julián López, cuya faceta musical ya comentamos en la crónica del concierto de Deluxe).
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A estas alturas de la vida poco os voy a contar de la artista que no sepáis ya, porque como dice el amigo Porerror “su leyenda le precede”. En cualquier caso, no temáis, no mencionaré de dónde viene su nombre artístico, ya que tengo entendido que si lo cuenta una persona más, Internet explotará. Lo que sí diré es que su entrada en escena me pareció espectacular, ya que por una vez abandonaba su habitual look modosito con coleta para lucir un vistoso peinado, además de escote y taconazos. Las miradas de arrobo en las primeras filas se contaban por decenas, y la verdad es que estaba bonita como un claro de Tierra, que decimos en la Luna.
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Entre los músicos que la secundaban enseguida noté la baja de Manuel Cabezalí, el líder de Havalina que siempre toca la guitarra con ella. Según se nos informó se ha lesionado una mano, pero afortunadamente no se le echó mucho en falta porque allí estaba el gran Charlie Bautista, de quien se leían elogios por aquí recientemente en los comentarios del concierto de Speak Low. La verdad es que el tío es un grande, lo mismo cogía el piano que el xilófono o las guitarras y todo tan ricamente. Para mí el momento cumbre fue su recital de armónica y ukelele al mismo tiempo. Además había un musculoso bajista con patillas que tenía una pose cojonuda y un baterista, cuyos nombres desgraciadamente desconozco. La banda sonó increíblemente bien y gracias a ellos, un concierto bueno se convirtió en excelente. Llegaron incluso a tener algunos minutos muy eléctricos que sorprendieron a la concurrencia, acostumbrada al rollo lánguido del disco.

La foto la he robado del flickr de guillerm8, espero que no se enfade.


Dicho lo cual, no es menos cierto que Lourdes se basta y se sobra ella sola si hace falta. Como es lógico sonaron las canciones más populares de su único disco (y las menos populares también, es lo que tiene llevar un solo disco publicado), entre las que me gustaron especialmente “Nice thick feathers”, “Just like a wall” y la alegre interpretación de “They don’t believe”. Entre medias, algunas nuevas como “The Letters” y otras que tenían buena pinta, además de una versión muy chula de “Mr. Lonely”, de Bobby Vinton. (Tampoco os voy a engañar, el nombre del autor lo he buscado en Google).
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Pero como iba diciendo, a Lourdes se la vio muy segura en el escenario, especialmente bien cuando, sin la protección de la guitarra, cogía el metalófono, la pandereta o simplemente cantaba. En las canciones más animadas se la veía disfrutar y daba muy buen rollo, poniendo caras, moviéndose e incluso lanzando guiños ocasionales al público (me consta que alguno estaba más pendiente de conseguir cruzar miradas que de las canciones). Seguro que a medida que pase el tiempo seguirá mejorando en presencia escénica, y yo que lo celebro. Ahora, lo de hablar a la gente se nota que no le gusta nada.
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Antes de los bises sonó su gran hit, “Cigarettes”, despertando el entusiasmo de la sala. A pesar de que debe de estar harta de cantarla, la cuestión es que tiene como un efecto mágico en las personas, a excepción de algunos tipos del fondo que no callaban. (A mí eso me indigna, ¿para qué entras a un concierto si no vas a escuchar? ¡Vete a otro bar, joder! Muerte lenta y dolorosa para esa gente). Ya como despedida definitiva, sonó una nueva llamada “Fantasía” que la tocaron en plan country festivo y que fue una gozada. En general me pareció un concierto precioso, muy limpio y muy redondo que superó mis expectativas y me dejó con ganas de más. La impresión que me queda es que Russian Red todavía tiene mucho recorrido, ojalá nos dé más noches como la de ayer.
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Epílogo: Las obligadas cervezas post-concierto en el Costello nos las tomamos con los artistas pululando por allí, como suele ser habitual. Lourdes no estaba muy accesible, rodeada de amigas en los sofás, pero el que paseaba más era Charlie Bautista, así que me dirigí a él y le felicité por su talento y por el excelente recital que acababa de ofrecer. ¿Problema? No era Charlie Bautista, sino Jero, el cantante de los Sunday Drivers, como él mismo se vio obligado a aclarar, con el resultado de gran bochorno para mi persona. El hombre suavizó el incómodo momento comentando que no era la primera vez que les confundían. Toma ya el experto musical que tiene un blog y todo.

Menos risas, que vosotros también os hubiérais confundido.

5 comentarios:

Susu dijo...

Ja, ja, ja... Eso pasa hasta en las mejores familias. No se preocupe, señor Lunar.

¡¡Qué envidia!!, cómo me jodió perderme el concierto de ayer. Si además me dices, tú que tienes tan buen gusto para las humanas, que Lourdes estaba bastante impresionante.... Al próximo juntos sin falta.

Millanes dijo...

jajajaja que bueno el epílogo!!

por cierto, ya veo que no soy el único que comenta en Público...

Rubén D. Caviedes dijo...

Excelente crónica, amigo lunar. ¿Puede creerse que me inviaron a ir al conciert y que, en jodiéndoseme el coche a última hora, no pude? Pa pegarse un tiro...

Milton Malone dijo...

Estará harta de cantar Cigarettes... ¿o no? Cuando una canción que has compuesto es coreada por todo el público, ¿no debería darte un placer tremendo? Paradojas de la vida musical.

Buena crónica, don Perro Lunar.

Karmen dijo...

La verdad es que Lourdes tiene un magnetismo increíble: juventud, belleza, talento... no sé. Yo también la he visto en directo hace poco (más modosita que en la foto de este post), y lo cierto es que me dejó embelesada (estoy deseando verla de nuevo en el Contempopránea de este año). Por lo que describes, iba acompañada de los mismos músicos (que, por cierto, también tocaron con Christina Rosenvinge). Lo de la confusión entre Jero y Charlie Bautista se entiende con las fotos... Ha sido muy divertido. ¡Un abrazo!