30 julio 2009

XV Festival Internacional de Benicasim (día 1)

15 de julio de 2009. Miércoles.

Y si cuentas, cuenta por millones
Nadie duda de que más es más
(Fangoria)


Cuando el año pasado escribimos nuestra crónica del Summercase (1 y 2), terminamos preguntándonos si volveríamos o si al próximo verano retornaríamos a las arenas de Benicasim. Pues bien, por las razones que todos sabéis, este año no hubo dudas y, al igual que hicimos en los veranos del 2006 y el 2007, enfilamos con entusiasmo la A-3 en un recorrido que forma parte del imaginario colectivo de todo madrileño que alguna vez haya veraneado en el Levante peninsular. Tarancón, Motilla del Palancar, Requena… carismáticas poblaciones que van quedando atrás y cuyos carteles son sinónimo de libertad en una carretera que, en tiempos de la ruta del bakalao, tenía más tráfico los fines de semana que la Castellana.


Habíamos roto con la tradición de salir el miércoles, alarmados por el aviso de que el camping se estaba llenando a toda velocidad, por lo que llegamos el martes por la noche. Mientras intentábamos encontrar el camino al parking, un simpático policía local (la policía local de Benicasim tiene mucho mejor rollo que los municipales de la capital, y algunos hasta van tatuados) nos informaba con alegría de que el camping estaba cerrado, que este año se habían vendido muchas entradas falsas y que en cuanto llegara la Guardia Civil allí no entraba nadie más aunque tuvieran abonos válidos. Esto como quien da la hora.

Afortunadamente pronto comprobamos que el tío no tenía ni puta idea de lo que estaba diciendo: había sitio de sobra en el camping gracias a que se había habilitado otra zona de acampada, simétrica a la de años anteriores, justo enfrente. Esto de por sí era bastante acojonante, porque a grandes rasgos implicaba que allí había más gente de la que éramos capaces de visualizar en abstracto. A la mañana siguiente pudimos comprobarlo con más claridad, y en efecto: más gente que en la guerra. Me refiero a una guerra de verdad, de estas antiguas donde miles de soldados se hacinaban a la espera de la orden para entrar en batalla de forma suicida. Fueras donde fueras, la multitud llenaba el espacio con la naturalidad de los líquidos que ocupan cada rincón del recipiente que los encierra. En el camping, en el pueblo, en los bares, en la playa… amigos, la rebelión de las masas de Ortega y Gasset era una reunión de cuatro colegas al lado de Benicasim.

A lo mejor a estas alturas, alguno de vosotros, preguntón como la señora de Estatuas Verdes, llama nuestra atención sobre el hecho de que este es un blog de música y el miércoles no había conciertos así que no tiene sentido que contemos nada de este día. Conviene pues explicar, para los que no hayan ido nunca, que el Fib está muy lejos de ser una sucesión de conciertos que uno va marcando en su programa para asistir a todos ellos y después retirarse a dormir. Como mucho eso podría ser cierto para los que tengan dinero para alojarse en un hotel y comer y beber a los precios del interior del recinto. O tal vez para uno de los miles de acreditados de prensa, no pocos de ellos pertenecientes a blogs que luego publican unas crónicas de vergüenza ajena.

Sin embargo, para la mayoría de los asistentes, para los auténticos fibers, el Fib es una semana con los amigos, rodeados de miles de personas que han acudido con la única intención de pasarlo bien. Y son días en los que la gente va a la playa, se reúne alrededor de una mesita de camping desmontable, charla, ríe, se hace fotos, practica inglés con los guiris, hace el tonto, se disfraza, liga, baila, canta en torno a una guitarra (en nuestro repertorio: de Hallelujah a Walk away, de Erasmus borrachas a Al amanecer), y ve unos cuantos conciertos intercalados con subidas al camping para comer, beber o ducharse de manera comunal. Una experiencia total, vaya.


Por todo ello, es imprescindible señalar que el miércoles aprovechamos que aún no estábamos cansados para bajar a la playa, y que en el camino nos encontramos un billete de veinte euros, lo que prueba que todo es posible en el Fib. Mientras nos preguntábamos si gastarlos en comida o en cerveza, a modo de respuesta se alzó ante nosotros el Bazar Hong-Kong y ya no hubo más dudas. Con aire decidido nos adentramos en esa gigantesca tienda de chinos para comprobar extasiados que entre los múltiples productos a la venta se encontraba una gran colección de estrafalarios sombreros. No fue fácil decidirse, pero cada uno de nosotros se dejó llevar por sus gustos personales y salimos de allí elegantemente tocados con un sombrero de piel de cebra, otro de vaca, otro con la estrella de sheriff, alguna pamela rosa brillante y uno de copa con forro dorado que era la joya de la colección. También adquirimos otros enseres tales como un pulverizador de agua o unas petacas de auténtica piel de cocodrilo de plástico, sin saber aún lo imprescindibles que nos resultarían más adelante semejantes ítems. A juzgar por la cola que había para pagar, afirmo sin ninguna duda que el Bazar Hong Kong hizo más caja esa semana que en el resto del año junto.

Que comprar esos sombreros fue un gran acierto no se debe sólo a las miradas de admiración que despertamos a nuestro paso, sino a que fueron la llave que nos abrió las puertas de uno de los mayores éxitos que puede alcanzar una persona en nuestros tiempos: ser entrevistados por Antena 3. En efecto, una esforzada reportera se bajó apresuradamente de su coche al vernos y llamó a voces a su cámara, para después hacernos las preguntas más sosas que pueda uno imaginarse. Eso no fue óbice para que yo me soltara en una disquisición acerca de cómo los sombreros eran nuestra forma de expresión en mitad de la masa uniforme mientras Kurro (con gorro de sheriff) hacía una personal imitación de Enrique Búnbury. Creemos que no se emitió, y probablemente eso sea lo mejor para todos.

Por lo demás, pasamos el resto del día apaciblemente en la playa disfrutando de las tibias aguas de nuestro mar Mediterráneo. Hay quien dice que la playa estaba hasta arriba de gente, pero los que hemos estado en Benidorm alguna vez tenemos un baremo distinto para esas cosas. Como ya viene siendo tradición, almorzamos en el agradable comedor del “As de pollos”, donde se comió pollo pero también un excelente arroz a banda. Tras la siesta playera de rigor volvimos paseando por el paseo marítimo, tomado por cientos de fibers británicos que empezaban a notar en su piel los efectos del sol que con tanta ansia habían venido buscando. Mientras buscaban refugio como podían en las pocas sombras del lugar, se amontonaban a su alrededor diversas mantas de toda clase vendedores ambulantes, con especial presencia de africanos vendiendo gafas de sol de colores a imitación de las célebres Ray-Ban Wayfarer y que probablemente sean sinónimo de irreversibles daños en la retina si se usan para mirar al sol. Gafas que, por cierto, se ofrecían a distinto precio dependiendo de si el potencial comprador era español o inglés. En mitad de este pandemonium, una anciana local sentada en un banco le comentaba a otra de manera dubitativa: “esto traerá mucho dinero al pueblo, pero…” y la oscilación de cabeza que remataba la frase describía el caótico panorama mejor que cualquiera de mis palabras.


Al caer la tarde volvimos a las tiendas para celebrar la llegada de nuevas integrantes de la expedición (ya estábamos los nueve) y montamos nuestras flamantes mesas plegables para cenar. La jornada concluyó en torno a las guitarras, en las que, además de los himnos ya mencionados, sonaron improvisadas tonadillas en torno a la usucapión que sólo podrían ser celebradas por los estudiantes de Derecho menos presentables. Algunos se fueron a hacer amigos por ese micromundo que es el camping, pero yo preferí guardar fuerzas para los conciertos del día siguiente, de los que daremos cuenta en este mismo blog en el momento más inesperado. Así pues, me acomodé sobre el colchón hinchable de nuestra (prestada) tienda Quechua, me coloqué mi poderoso antifaz anti-luz en la faz y soñé con los cuatro días de desenfreno que teníamos por delante. Benicasim, un año más, one more time.

8 comentarios:

Susu dijo...

"Antifaz anti-luz en la faz" es de lo mejor que he leído en mucho tiempo.

Querido Perro Lunar, ¿cómo te rebajas hasta el nivel de juntarte con unos impresentables estudiantes de derecho y cantar canciones sobre la usucapión?

Porerror dijo...

Obra maestra!!!! Realmente, ha merecido la pena esperar, creo que este es el mejor post que os he leído desde que os conozco: seguro que es con el que más me he reído.

Aparte, me ha resultado superinteresante: yo estuve en Benicàssim en 1998, la tercera edición, y con 25.000 personas ya nos pareció entonces que aquello se había ido de madre. Al leer esta entrada se me han removido muchísimos recuerdos, compruebo que muchas cosas han cambiado (por ejemplo el fecto guiris) pero que otras siguen exactamente igual, como la definición de lo que es o no es el festival. Muy buenas las metáforas de la guerra y el líquido, por cierto...

Por lo demás, me he descojonado, y espero ansioso las siguientes crónicas. "Erasmus borrachas", usucapión, sombreros ridículos, TELEDIARIO DE ANTENA 3????? Wow, cómo os envidio...!

Fran G. Matute dijo...

Para cuando un hit sobre el censo enfiteutico????

Sara dijo...

Me ha encantadooo!! Te acuerdas de toooodos los detalles, es increible!!

Espero ansiosa las siguientes entregas.

PD: Mi pamela rosa sigue en lo alto del armario!!

El Perro Lunar dijo...

Amigo Susu, bien sabes que es todo culpa de Riggy, que me arrastra a convivir con semejantes especímenes. No obstante, como dice la canción de Sabina, a veces "las malas compañías son las mejores".

Porerror, me alegro de que te haya gustado, sabía que te encantaría lo de Antena 3. Sin duda encontrarías el Fib bastante cambiado, ahora va más del doble de gente que en el 98, y el 60% extranjeros. Más sobre ello en las próximas entregas.

Fran, interesante reto el que nos planteas, veremos qué se puede hacer. El mundo del rock legislativo apenas está dando sus primeros pasos,

Sara, cómo no me voy a acordar si sólo fue hace dos semanas...conserva bien la pamela que nunca se sabe cuando será necesaria.

Rubén D. Caviedes dijo...

Señor Perro Lunar: excelente crónica. Venía siendo hora de que nos honrase usted con su presencia.

Como ex-empleado durante años de un camping -uno de los peores tentáculos del sector servicios, el mundo camping- le aclaro; los responsables de los campings de España gozamos diciendo que no nos quedan plazas y llamando a la Guardia Civil y a los GEOs, si hace falta, para que contengan a la turba, sólo para manifestar posteriormente estar de cachondeo. Es una tradición que se reserva para acontecimientos especialmente masivos, si no, pierde la gracia.

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo con Susu en cuanto al antifaz anti-luz en la faz. A ver cuándo me deleitas con una tonadilla de esas!

wini two dijo...

Hola a tod@s,

poco a poco vamos recopilando y ordenando información registrada de nuestro primer festival como Fresh Flesh Collective.
antes que una larga lista de ejemplos audiovisuales que esperamos poder exponeros pronto y después de algunas fotos llega la sesión que realizó [wi-ni] 2.0 "el blanquito lechoso del verano 2009" cargada de disco, oldschool y mucho funk, disfrutarla está a un solo click! en rebit-ed te encontraras todo el percal!!

Gracias!