03 febrero 2010

El Perro Lunar vuelve a denunciar

Una vez más, el Perro Lunar aprovecha este blog suyo para poner algunos puntos sobre las íes. Pero esta ocasión es especial, porque su blanco no son las salas de concierto, la prensa o los fabricantes de auriculares; en esta ocasión las íes somos nosotros, sus corresponsales en la Tierra.

Soy Susu, queridos lectores, y os escribo tremendamente avergonzado porque ayer recibí una señora bronca de mi mentor, el mísmiso Perro Lunar. "Susu, eres un cabronazo", me dijo nada más coger el teléfono, "lo de Riggy tiene un pase, porque anda perdido por el mundo, pero tú, que sigues ahí en Madrid, no tienes perdón de Dios por no haber escrito en el blog en tres meses". "Hombre, no te pongas así", le respondí yo, "es que ya sabes que estoy a tope de curro, y además he tenido exámenes, y además..." "¡No hay excusa que valga!" Y tiene razón: no la hay. Yo le intenté hacer ver que para nada me había olvidado del blog que, de hecho, durante todo el 2009 había ido anotando todos los discos que quería comentar pero que, por unas razones o por otras, no había tenido tiempo para llegar a escribir sobre ellos. "Ah, ¿sí? Pues mañana mismo, por hocicos, te vas a poner a escribir un post con todos esos discos, denunciándote a ti mismo por vago". Así que esta es mi penitencia: todopoderoso dios de la buena música, que estás en las alturas lunares, me arrepiento de haber dejado pasar el 2009 sin haber escrito sobre estos discos:

En primer lugar, es una vergüenza que se haya acabado el año del décimo aniversario de la gran obra maestra de The Roots, "Things fall apart" (1999), y que este blog, que se precia de admirar el buen hip-hop, no se haya hecho eco de tal acontecimiento. "Things fall apart" es mucho más que un disco, es un manifiesto de lo que fue el renacimiento de la música negra de finales de los 90, en el que se dan cita las grandes estrellas del momento (Jay Dilla, Mos Def, Erykah Badu, D'Angelo, Common...), y que considero que todo el mundo debería escuchar atentamente al menos una vez en su vida, (por no decir que todo el mundo debería tenerlo bien colocadito en su estantería).

También debería haberos hablado el año pasado de otros dos clásicos, algo más antiguos, que escuché por primera vez en 2009. Del primer álbum de Nancy Sinatra, "Boots" (1966), por supuesto que ya había esuchado el tema principal, pero nunca me había acercado al disco entero que, sin ser una maravilla, me ha parecido bastante divertido. Y, sobre todo, me ha proporcionado un descubrimiento perturbador: lo sorprendentemente sexy que es la canción Run for your life cantada por una chica, (¡y qué chica!, Nancy Sinatra con ese peinado, esa minifalda y esas botas, señalándome enfadada y diciéndome "that's the ennnD, little boy"). Mi otro descubrimiento tardío del 2009 ha sido Gram Parsons. Después de haberme prodigado los últimos años entre las reinas del country, por fin me acerqué al rey del country-rock. Este año pasado leí su interesante biografía y me sumergí de lleno en los Byrds, la International Submarine Band, sus devaneos con los Rolling Stones, los Flying Burrito Brothers, aunque sin duda alguna lo que más me ha gustado son sus dos discazos en solitario de 1973, "GP" y "Grievous Angel", de los que disfruté muchísimo todo el verano, aunque fuera en esa versión un tanto cutrecilla en la que aparecen ambos juntos en un único CD.

Pero no todo ha sido música viejuna en mi 2009. También me arrepiento profundamente de no haberle dedicado el tiempo y el espacio que se merece a Márcio Local, lo ultimísimo que nos ha ofrecido Brasil, con su primer disco de extraño título: "Says don day don dree don don" (2009). Una revisión de la samba y la bossa desde el funk y el soul que, si bien no es nada nuevo, resulta delicioso y a mí me hizo pasar unas muy cálidas Navidades, pese a encontrarme en las nevadas tierras de Asturias. Pero quizás mi gran pecado del año pasado haya sido no haberos contado nada de mis aventuras norteamericanas del octubre pasado. Unas aventuras que fueron fundamentalmente granjeras, hortelanas y ganaderas, pero que tuvieron mucho de musical, de enormes barbas, camisas de cuadros y guitarras acústicas, de hogueras folkies, y de bluegrass y square dance. Mi anfitrión en esas aventuras, el gran Itinerant Farmer, me dio un regalo muy interesante para que no me aburriera en mis vuelos de vuelta: la música de Ray LaMontagne. Se trata de un miembro paradigmático de la categoría "barbaza, camisacuadros y guitarracústica" antes mencionada. Yo lo desconocía por completo, pero desde que rellené las melancólicas esperas en los aeropuertos con las canciones de sus dos primeros discos, "Trouble" (2004) y "Til the sun turns black" (2006), he llegado a la conclusión de que en el futuro tendrá que ocupar un lugar privilegiado en eso que los historiadores de la música llamarán "el revival folk de la primera década del siglo XXI". Tiene un tercer disco de 2008 que todavía no he escuchado y me muero de ganas de hacerlo, porque he leído muy buenas cosas sobre él. Cuando me haga con él os lo haré saber, lo prometo; no volveré a pecar.

Otro disco que no dejó de dar vueltas en mi minicadena el año pasado y que me alegró enormemente muchos momentos de mi aburrido verano de trabajo, es "Absinthe" (2006) de Ibrahim Electric, que fue también un regalo sorpresa, llegado esta vez desde Dinamarca. Se trata de un trío (guitarra, batería y hammond) de jazz-funk sumamente divertidos y marchosos; es una pena que sean imposibles de encontrar aquí, en el sur de Europa (menos mal que yo tengo contactos). En seguida entenderéis a qué me refiero cuando escuchéis su éxito Blue Balls, que es tan The Doors que estoy seguro de que la gran mayoría de los que leéis este blog, que tenéis muy buen gusto musical, iréis corriendo a bajároslo para ponerlo en vuestro próximo guateque y quedar súper interesantes cuando todo el mundo os pregunte ¿¿quiénes son éstos??

Y voy a ir acabando ya este acto de contricción con tres regresos-muy-esperados que me prometí a mí mismo que iba a comentar durante el año pasado y al final nada de nada. El primero de ellos es el de los cambridigianos The Nextmen, que con su última entrega, "Join the dots" (2009), siguen ofreciendo la misma mezcla de reggae, hip-hop, funk y electrónica (homenaje a The Meters incluido) pero que, aunque tiene momentos estelares, está demasiado inclinada esta vez hacia la electrónica, tan de moda siempre en el UK, por lo que yo me sigo quedando con el futuro que prometían en su anterior álbum. La siguiente vuelta esperada de la que os debería haber hablado antes es la de Emmylou Harris. Con ésta me pasó lo mismo que con los británicos, después de haber escuchado mucho y con mucha admiración sus primeros discos, de la segunda mitad de los 70, "All I intended to be" (2008) me ha sonado demasiado lento, un poco aburrido incluso. No es malo, debo ser justo, nada malo: las canciones son bonitas, la voz de la Emmylou sesentona sigue teniendo mucho encanto, aunque de forma diferente a la de la Emmylou veinteañera, la producción es buena (aunque un poco pastelosa), pero sintiéndolo en el alma, el disco en sí me parece un tanto pesado. Todo lo contrario que el esperado retorno de Joan Baez. Es cierto que a mí me cuesta ser objetivo con mi querida Joan, pero hay que reconocer que prácticamente no había levantado cabeza desde "Diamonds & Rust" (1975). Y de repente reaparece, cerca ya de los setenta, con "Day after tomorrow" (2008), un disco que pese a ser lento, como el de Emmylou, no se hace para nada aburrido, quizá porque supone la vuelta, cincuenta años después, de la Joan Baez original, la de siempre, la de su guitarra y su voz, la que compuso poquísimo, pero supo siempre elegir muy bien su repertorio, y lo ha vuelto a hacer. Ya en su anterior disco, "Dark chords on a big guitar" (2003), empezó a acercarse a las canciones de la nueva generación de folkies que, a su vez, habían aprendido todo lo que sabían de la propia Baez, (Dar Williams, Gillian Welch, Josh Ritter...), pero en esta ocasión ha llevado este acercamiento hasta el extremo, poniéndose en manos de Steve Earle, un gran músico y gran admirador suyo que ha sabido devolverla a sus orígenes paradójicamente mediante canciones recientes, (de Tom Waits, Elvis Costello o el propio Earle), y de paso nos ha devuelto a nosotros una joya que creíamos perdida.



Y lo único que me queda por decir es que prometo hacer propósito de enmienda, Perro Lunar, para que no tengas que volver a echarme una bronca como la de ayer y para que nuestros lectores no pasen tanto tiempo sin tener noticias de nosotros y de ese amor por la buena música que nos infundes caca noche desde las alturas.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Yo también confieso que he pecado al no abrir más mis miras musicales este 2009, cosa que pretendo corregir en 2010 empezando por escucharme todo lo que recomiendas en este post. Ya he empezado con Márcio :)

Gracias siempre por descubrirme cosas nuevas y animarme los días. Besos!

Fran G. Matute dijo...

Ecléctica selección que aplaudo prácticamente en su totalidad...

Me sorprende que digas que el famoso cd con los dos discos en uno de Gram Parsons te parezca una edición patatera... Teniendo en cuenta el precio del objeto y viendo el voluminoso libreto que incluye todas las letras, a mí siempre me ha parecido una ganga esa edición...

Eso sí, confieso que ese cd se lo presté a alguien y lo perdí, y cuando tuve la oportunidad de comprarmelos de nuevo lo hice por separado... ;)

Puede que sean los discos que más veces he escuchado en mi vida, por otra parte...

Susu dijo...

A eso precisamente me refería, Fran G., a que la edición conjunta es un chollazo, pero son tan buenos discos que si tuviera que volver a comprármelos lo haría por separado, y a ser posible en vinilo, con las portadas bien grandes.

René Descartes dijo...

Estimado perro lunar, quiero decirte que te acabo de descubrir hasta el dia de hoy, no entiendo como no te encontré antes, pero em alegro de haberlo hecho. Tu y tus colaboradores Susu y Riggy le han dado a mi mundo musical un giro, no tener prejuicios ni limitaciones musicales. Estare al tanto de tus aportes sintonizandote desde la Tierra, particularmente en México, esperando mas de sus milenarias criticas.

Saludos!

Cris dijo...

Qué alegría!

Anónimo dijo...

Hombre, me parece genial que has llevado contigo la musica de Ray después de volver de una granja de gente barbuda con camisas de cuadros, pero falta una palabra en tu descripción: soul. Yo diría que algo que separa Ray de los otros folkies que queremos tanto es que tiene un toque de soul, algo en su voz que cuenta más que sus letras, en mi opinion tan humilde, claro.

Espero leer más sobre el señor Josh Ritter, y una pareja que tienen una gira por los EEUU Justin Townes Earle (el hijo del dicho Steve Earle) y Joe Pug, y tambien Tallest Man on Earth.

Sigue escribiendo y un saludo a los madriles de mi parte.

-granjero itinerante