
En principio, los músicos del cuarteto no me sonaban mucho, pero las alabanzas de Susu me convencieron, y acabé convirtiéndome en un admirador más. De hecho, tras una gran noche de música en directo, si tuviera que describiros a los artistas podría deciros de Horacio Icasto (piano) que la cantante no mentía al calificarlo reiteradamente como "maestro", muchos años de experiencia reflejados en un sonido original e impecable; del cubano Yelsy Heredia (contrabajo) que parece ser la perfecta mezcla de tradición caribeña y modernidad, de mirada al pasado y ganas de avanzar; del estadounidense Noah Shaye (batería) que es un portento del ritmo y de saber ser el imprescindible hombre en la sombra que, sin exageraciones y sin afán de protagonismo, demuestra ser uno de los grandes; y de Irene Shams, la verdadera protagonista, la estrella de la noche... lo único que podría deciros es que fuerais a verla cantar en directo; la sonrisa y el estado de ánimo que tendréis después es la mejor descripción.
Y es que Irene Shams no sólo tiene una voz preciosa, un amplio registro y todo el domino de su instrumento que una cantante de jazz necesita, sino que también sabe hacer lo más difícil de todo: ganarse al público. Incluso en un escenario tan grande como el del Complujazz, ella sabe llenarlo con su mirada, su movimiento, su energía, su baile y, sobre todo, con lo bien que se lo pasa cantando y haciéndonoslo pasar bien a los que la escuchamos con la boca abierta.

A modo de resumen: una gran noche de jazz, una inolvidable noche de buen jazz, del que nació de la mezcla y no se avergüenza de ello intentando permanecer "puro", sino que sigue adelante mezclándose, como sólo él puede, con cualquier influencia cultural que se le ponga por delante.
Tras este fantástico cuarteto intervenían Tandem, estoy convencido de que fue también un gran concierto, pero Susu y yo decidimos volvernos a casa con el regusto que nos había dejado la música de Irene Shams y su gente, con esa sonrisa, con ese optimismo, esa mirada alrededor que no quiere cansarse de mirar que sólo la buena música en directo, si es sincera y bien interpretada, te puede dejar.
Tras este fantástico cuarteto intervenían Tandem, estoy convencido de que fue también un gran concierto, pero Susu y yo decidimos volvernos a casa con el regusto que nos había dejado la música de Irene Shams y su gente, con esa sonrisa, con ese optimismo, esa mirada alrededor que no quiere cansarse de mirar que sólo la buena música en directo, si es sincera y bien interpretada, te puede dejar.
1 comentario:
Gran concierto pero ¡teníais que haberla visto en el Berlín!
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