27 diciembre 2008

Camille

Sí, ya sé que llego un poco tarde, pero la semana pasada descubrí a Camille. Fue en la radio, donde tantos buenos descubrimientos musicales he hecho, y fue escuchando una canción de su último disco, “Music Hole”. Pero dejemos el principio de esta historia para el final.

Ahora que ya he escuchado detenidamente cada uno de los tres elepés de esta francesa, bautizada como Camille Dalmais hace treinta años, y he decidido que van a ser tres de mis discos favoritos, nada más acabar de escribiros esta reseña me dispondré a mandarle un mail a Khurcius, preguntándole por la disponibilidad y precios de estas joyitas. Discos así se merecen mucho más que ser unos y ceros en mi disco duro externo.

No quiero extenderme mucho, porque tampoco he llevado a cabo una indagación minuciosa en la vida y obras de esta cantautora y experimentadora parisina, así que sólo os contaré lo necesario para que os enamoréis de ella, como yo, o, por el contrario, decidáis que no os va mucho su rollo.

Hoy en día Camille es conocida por usar el cuerpo humano como único instrumento en sus temas, pero no siempre fue así; una de mis mayores sorpresas fue descubrir que su primer disco “Le sac des filles” (2002) es simplemente un disco de pop, pop francés sin aires de grandeza, entrañable, divertido y muy recomendable. A mí me llamaron la atención en primer lugar los momentos íntimos, en los que Camille mejor deja plasmada su preciosa voz, pero acabaron de conquistarme los momentos más distendidos, con mucho sentido del humor y una calidez muy indicada para estas fechas. No podría destacaros una canción sobre otra, porque todo el disco se merece un sobresaliente con flechita para arriba.


Tras escuchar este primer disco, uno puede hacerse una idea algo equívoca sobre Camille; al menos, no una idea completa. “Le Fil” (2005), su segundo álbum, empieza con un si cantado por varias voces, (varias Camilles), y esta nota se mantiene bajo la primera canción y sigue ahí cuando ésta acaba, y continúa de fondo durante la segunda, y la tercera, y la cuarta... y hasta el final del disco. Sólo por este pequeño detalle “Le Fil” ya merecería ser tomado en serio por cualquier amante de la buena música, pero tiene otras muchas razones para ello: muchas más voces, (casi siempre la misma Camille, repetida sobre sí misma), a veces melancólicas y otras veces optimistas, a veces con aires tribales y otras veces con aires parisinos. Sin embargo, también sería equívoco pensar que “Le Fil” es un álbum de música vocal experimental; es esto y mucho más. “Le Fil” tiene bajos, guitarras, percusiones, teclados y vientos, tiene melodías deliciosas y armonías encantadoras, “Le Fil” es un disco de pop, de pop de autor, personal y original, pero, de nuevo, muy recomendable.

Y así llegamos al final por el que empecé, el tercer disco de Camille, “Music Hole”, recién sacado del horno en 2008. En esta tercera entrega Camille parece haber sido un poco más estricta en lo que a instrumentos se refiere, (sólo un piano se cuela en alguna de las canciones), lo que no hace que el resultado sea más aburrido; todo lo contrario. La presencia de otras voces más líricas, coros enteros o beat-boxers a cargo de los bajos, hacen de “Music Hole” un disco más rico en recursos vocales y también más original en la percusión, con toda clase de ruiditos corporales y sonidos ambientales. “Music Hole” me ha parecido el más comercial de los tres discos, el más accesible, y una señal clara de esto es que Camille ha dejado de lado el francés, eligiendo el inglés como idioma principal, una estrategia para ampliar mercado que parece haber dado resultado, pues está sonando en la radio española con su primer single, Gospel with no Lord. Lo sorprendente es que lo ha conseguido sin perder calidad musical; tras escuchar la hora escasa de “Music Hole” éste resulta ser otro disco más que recomendable para vosotros, queridos lectores lunares.

Si todavía no sabíais qué regalaros por Navidad, poned una Camille en vuestras vidas; yo lo hice y ahora soy un poco más feliz.

5 comentarios:

El Perro Lunar dijo...

Cómo me alegro de que hayas descubierto a Camille, Susu. ¿Sabías que yo la vi una vez en directo en París antes de que se hiciera famosa? Ya te contaré con detalles.
Estoy de acuerdo en todo lo que dices, pero no deberías olvidar las letras. Camille es de las que dices cosas interesantes y merece la pena buscar las letras en internet y ponerse, diccionario en mano, a traducir y disfrutar.
Por cierto, ¡feliz Navidad, humanos!

Milton Malone dijo...

De algo me suena el nombre, pero confieso que no he escuchado a esta mujer. Por lo de las voces y eso me has recordado al Medulla de Björk (gran, gran, gran disco), habrá que comprobarlo.

Me alegro de que no hayamos tenido que esperar demasiado para leer otra crítica del gran Su-Su.

Milton Malone, "the human skeleton", os desea felices comilonas y no menos felices kurdas en blanco y rojo.

Hace tiempo que no escucho buen pop francés...

Porerror dijo...

Bien por Camille, es una gran artista y me alegro de que se vaya conociendo por España.

A mí me la descubrió una compi de trabajo hace casi un año y la verdad es que no había vuelto a leer ni oir decir nada sobre ella. Gracias por ponérnosla en perspectiva, Susu!

Karmen dijo...

Ya lo estoy bajando... ;-) Thanks for the tip!

Susu dijo...

Hola a todos. Gracias por los comentarios, siempre se puede contar con vosotros para compartir buena música.
El Perro Lunar tiene razón, me olvidé de comentar algo sobre las letras de Camille. Personalmente, algunas han conseguido tocarme la fibra.
Sr. Malone, encantado de leerle por aquí. Intenté evitar a propósito cualquier referencia al Medulla de Björk, porque aunque "lo de las voces" suene parecido, el resultado es bastante diferente. Yo soy un gran admirador de Medulla, pero el sonido de este disco es mucho más oscuro, más experimental... Camille es mucho más mediterránea, más luminosa, más dulce... Pero esto es una opinión, ya me dirás qué te parece a ti.
Feliz año a todos.